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Los Detectives Privados: Investigar no es tan fácil…….

Su imagen está ligada al humo de una pipa, gabardinas largas y sombreros oscuros, pero la realidad de los detectives privados dista, y de qué manera, del retrato romántico fijado por el cine negro. Aunque el imaginario colectivo los dibuja resolviendo secuestros a partir de una caja de cerillas o esquivando las tretas de una femme fatale, la rutina de estos investigadores pasa por elaborar informes interminables y declarar como testigos en procesos judiciales.

Los detectives privados se enfrentan cada día a una amplia casuística para descubrir las tramas más inverosímiles de los presuntos infractores, que pretenden, en la mayoría de los casos, eludir las obligaciones de pago. Pactar un supuesto choque para fingir un latigazo cervical y hasta renunciar a la identidad de uno mismo. La realidad supera con creces la ficción.

Aunque el precio varía según el tiempo que requiera la investigación contratar a un detective privado durante una semana puede tener  un desembolso importante pero rentable si tenemos en cuenta los posibles efectos de sus averiguaciones. Los casos más recurrentes están relacionados con bajas fingidas, infidelidades, denuncias falsas o delitos societarios. Los investigadores defienden su labor social, aunque algunas voces críticas siguen considerando que su contratación resulta una medida extrema que, en algunos casos, como los referidos a padres que ordenan seguir a sus hijos ante la sospecha de que consumen drogas o están mal relacionados, evidencia una tendencia controladora y un fracaso en el diálogo y la resolución de conflictos personales.

Los casos de corrupción destapados en los últimos años en la Costa del Sol han aumentado el trabajo de los detectives privados, con frecuencia contratados por la parte acusada para recabar pruebas en su defensa. Aunque con menor asiduidad, también las administraciones públicas recurren a este tipo de servicios,

El proceso para contratar a un detective privado es relativamente sencillo, aunque conviene cerciorarse de que la persona contactada tiene la formación requerida por el Ministerio del Interior, en concreto títulos de Criminología y Ciencias de la Seguridad. Por lo general, el investigador estudia el caso un par de días antes de presentar un presupuesto. Las pruebas obtenidas podrán ser presentadas en posibles demandas civiles o laborales y en los contratos debe figurar que el detective se compromete a declarar como testigo. Finalizado el caso, los clientes reciben un informe detallado dividido en tres partes: seguimiento, fotografía y vídeos si son necesarios y conclusiones. “El informe final es totalmente imparcial, sin valoraciones personales”, DEA Detectives afirma declarar cada año en más de 50 – 70 juicios.

En Málaga, el repertorio de casos no cambia mucho respecto a otras grandes ciudades españolas. En el campo privado han aumentado los encargos relacionados con la modificación de medidas impuestas en los divorcios. Los detectives investigan si uno de los excónyuges dice no estar trabajando para evitar pasar la pensión y, en realidad, lo hace en negro, o si en la casa familiar convive una tercera persona pese a que sea incompatible con el acuerdo alcanzado entre las partes.